A Laura Tomé (@luatome_) le obsesionan las historias que encierran los lugares abandonados. Esta fotógrafa catalana empezó a disparar con siete años: Hoy su trabajo ha viajado entre Madrid y Barcelona, pernoctando en espacios como la Galería Paloma Larroy o ArtMadrid. Este febrero es para ella.
Paula María Álvarez, @paulam_alvarez
¿Cuándo y por qué la fotografía?
Desde bien pequeña sentí la necesidad de hacer fotografías de todo lo atípico que me rodeaba. Creo que el día que me enamoré de la fotografía fue en una excursión escolar a las Ruinas de Ampurias: Me te atrajo tanto la vida que imaginaba entre las paredes de las ruinas, que acabé todo el carrete, olvidando aquellas fotos que debía hacer para un trabajo del colegio. Desde entonces, allá donde voy me acompañan mi cámara y la obsesión por las historias.
¿Se puede vivir de ella?
No hay que pretender vivir de ella, sobre todo al principio. Si lo que buscas es ganar dinero, seguramente no harías fotografía: Este mundo es más vocacional que rentable. El arte es subjetivo y el éxito depende de lo que le guste al espectador. La mayoría de los fotógrafos vivimos rodeados de desilusiones, pero no por eso hay que tirar la toalla.
Para muchos espectadores, una fotografía es un instante, ignoramos el trabajo que hay detrás: ¿Crees que la espontaneidad está reñida con obtener resultados estéticos y conceptuales completos?
La espontaneidad del momento es de las cosas más importantes para crear. Para mí, la búsqueda de la foto estéticamente perfecta es frívola y no transmite la realidad del entorno. Detrás de cada una de mis fotografías hay una historia y un momento únicos, además de un montón de sensaciones que también intento transmitir. Aprovecho mucho la espontaneidad que me da cada sitio que visito, seguramente nunca más volveré. En especial cuando me encuentro con lugares que sé que están a punto de ser derruidos: No modifico nada, todo me lo da el lugar tal cual está y mis fotos totalmente reales.
«Me han pedido asesoramiento fotográfico y después no he recibido reconocimiento profesional alguno»
¿Cómo definirías el papel de las redes sociales en el campo de la fotografía actual?
Las redes sociales si se saben utilizar pueden ser muy necesarias y útiles para compartir con el mundo lo que haces. Hay fotógrafos muy buenos que he descubierto por RRSS, como Andrew Emond y me encantan. Creo que cada uno las lleva como quiere, pero hay que tener los pies en el suelo y siempre valorar la calidad de la fotografía por encima de quién la hace. Hay casos en los que se valora en exceso la influencia comercial de los seguidores, antes que la calidad del trabajo. En alguna ocasión, me han pedido asesoramiento fotográfico y después de ayudar no he recibido reconocimiento profesional alguno. La cara que se te queda cuando a unos les llueven los likes, incluso a marcas reconocidas, por los méritos de otros es de poker.
¿Qué clase de relación mantienes con estas plataformas?
Reconozco que las he utilizado casi todas, desde Fotolog, MySpace, Flickr, Facebook… Las he disfrutado mucho, pero a veces pueden sacar lo peor de mí por el contacto social constante: Lo encuentro agotador. Últimamente utilizo las redes sobre todo para mostrar mi trabajo, lo demás intento vivirlo sin el móvil en la mano. Con la cámara cerca, eso sí…
«Mi mirada nostálgica a lugares detenidos en el tiempo»
¿Podrías definir Little Shadows en una frase?
Es mi mirada nostálgica a lugares detenidos en el tiempo para preservarlos de un entorno que avanza demasiado rápido, sustituyendo historia por novedad y comodidad.
¿Cuál fue la chispa que detonó este proyecto?
En mi pueblo había una casa abandonada, cerrada e intacta que me apasionaba. Siempre que paseaba por allí, me transmitía la misma sensación: La necesidad de saber que pasó dentro y por qué estaba cerrada. Me obsesioné tanto que me empecé a documentar y es cuando brotó la chispa de querer saber más sobre otros edificios. Una vez tuve la oportunidad de entrar, no me creía lo que estaba viendo, todo era perfecto: La luz, los objetos, las escaleras… La casa está allí todavía, sigue siendo como una musa para mí. Ahora ha sido vandalizada y ya no está en las mismas condiciones, así que me siento afortunada de haber podido fotografiarla en ese momento.
En el proceso creativo de un trabajo como este: ¿Primero hay una visión estética a la que se acopla una idea o es la idea la que inicia el proyecto?
La idea y la visión estética van de la mano. La idea es la que inicia el proyecto, el interés por el lugar y su historia. Una vez allí, nunca sé que me puedo encontrar pero siempre aparece la estética por sí sola, dependiendo de la personalidad de cada lugar.
«Prefiero trabajar sola o, como mucho, ir con alguien de mucha confianza»
El sentimiento de soledad es una emoción que recorre tu obra, quizá de forma aún mayor en este trabajo: ¿Es la fotografía una profesión solitaria?
Para mí es una profesión bastante solitaria, ya que necesito concentración y tranquilidad para conseguir lo que quiero transmitir. En cuanto a los edificios de este tipo, hay bastante secretismo con las ubicaciones, ya que son lugares delicados y la masificación los deteriora rápidamente. Les tengo mucho cariño a estos edificios y prefiero trabajar sola o, como mucho, ir con alguien de mucha confianza.
¿Cuál es la marca personal de Laura Tomé?
No sabría decirte.. Le pongo mi carácter a todo lo que hago y es por mi carácter por lo que se me reconoce.
¿Cómo encuentras el panorama de la fotografía en España y, en concreto, en Barcelona?
No he tenido excesivas oportunidades en Barcelona, sí en cambio en Madrid. Quizá en Barcelona se promueva más el diseño y la ilustración y en Madrid he encontrado mayor apoyo para mis fotos y más escaparate para el arte en general.
¿Crees que es necesario revalorizar las enseñanzas artísticas en nuestro país?
Sí. Creo que debería reconocerse más el mérito de los que trabajan en cualquier arte. También el de los que lo intentan. Potenciarlo, invertir en ello, ayudar a que cada uno busque su forma de expresarse para crecer como sociedad… Además, habría que reconocer y financiar otros campos poco valorados y de vital importancia, como el de la ciencia.
¿Qué podemos esperar de tus próximos proyectos?
Además de los edificios, me interesan las historias detrás de las personas, especialmente en `las zonas rurales apartadas. Sigo buscando la soledad y el vacío en el tiempo, pero esta vez la acompañan el sentimiento y la humanidad de quien me voy encontrando.
Little Shadows es un tragaluz hacia esos lugares que claman vida. Con una fuerte influencia de la crisis política y económica de la última década, Laura Tomé cede el protagonismo a los espacios que han quedado sometidos ante la naturaleza y el tiempo, cuando lo humano se reduce a esos retales que nos recuerdan que una vez fueron visillo. La fotógrafa catalana incita al espectador a observa estos vacíos. Sin miedo.